jueves, 27 de noviembre de 2008

A la semana siguiente

Por mucho que lo deseé el domingo, por mucho que me rompí la cabeza para intentar evitarlo, llegó el lunes. Y por la tarde tenía que ir a trabajar. Durante el fin de semana el sentimiento de arrepentimiento por todo lo que había pasado casi me vuelve loca. No sé si habéis pasado por algo parecido, pero solo pensar en ello me encogía el corazón, me lo helaba y me dejaba paralizada. Creo que mi rostro se transformaba porque en casa me preguntaron si me pasaba algo.
El lunes no fui a trabajar. El martes tampoco. A la uni fui como una zombi. No prestaba atención, mi mente se iba a lo sucedido el viernes a cada momento. Veía de nuevo a mi jefe filmando, siguiendo mis movimientos, colocándose de vez en cuando su pene en el pantalón. Me avergonzaba pensando que ante eso yo aún me había mostrado más dispuesta, más abierta. No hacía caso de las conversaciones entre clase y clase.
El miércoles por la mañana, mi jefe me llamó al móvil. Me dijo que entendía lo que me estaba pasando pero que quería tener una conversación conmigo. Le dije que no me encontraba bien y no tenía ganas de nada, pero insistió. Me recordó que no estaba en situación de negarme, después de lo que había hecho. Y en el fondo tenía razón. En realidad, si alguien se había comportado mal ésa era yo. Yo había utilizado el ordenador de un director de empresa sin su permiso, yo me había desnudado y había hecho cosas penosas en un lugar que no era mi casa. Si acaso, lo único fuera de lugar para mi jefe era haberme tocado de aquella forma al final. Pero incluso eso lo había permitido sin una sola muestra de protesta. Ni siquiera veía fuera de lugar la grabación que hizo mi jefe. Tan solo era una prueba para demostrar mi delito, que yo incluso había permitido.
El miércoles por la tarde fui a la empresa. Me excusé con los compañeros de la oficina diciendo que había estado enferma, y justo cuando una de las secretarias comentó que debía haber llamado, apareció el director y dijo que lo había hecho, que le había llamado a él pero se había olvidado comentarlo. Después me llamó a su despacho.
Me temblaban las piernas. Me senté  frente a su mesa de despacho casi mareada. Mi jefe notó enseguida que estaba casi al borde de un ataque de ansiedad e intentó tranquilizarme. Me dijo que no me preocupara, que no tenía intención de enviar la cinta que había grabado a la policía ni utilizarla para denunciarme, y que mi puesto no corría peligro, aunque a mí, lo que menos me importaba en ese momento era ese empleo que me pagaban míseramente por horas. Me dijo que lo que había pasado el viernes lo entendía, que no era ningún delito, y se excusaba por su comportamiento, por haberme obligado a volver a conectar con mi novio y por haberme tocado al final. Que no era algo de lo que se sintiera orgulloso, precisamente.

Fue inesperado. Durante el fin de semana, durante esos días que falté al trabajo, esperaba encontrarme con una carta de despido, con una denuncia, o lo que es peor, no soy tonta, con alguna petición a cambio de su silencio. Me sentía atrapada y a merced de mi jefe y toda mi ansiedad venía de eso. Y de repente, desapareció. Mi director estaba pidiéndome perdón por introducirse en mi intimidad de aquella manera. Me vino a decir que yo era libre de hacer cuanto quisiera, que él no era nadie para interrumpir mi vida.

Sonreí de agradecimiento y él lo hizo también. Le dije que sentía haber utilizado su oficina para esas cosas. Rechazó y me dijo que no tenía importancia, que incluso le hacía ver de otro modo su despacho. Me preguntó si lo había hecho más veces y le respondí que sí, que lo hacía todos los viernes, y él me dijo que lo sospechaba. Añadí que no lo haría más. Me sentía como con un amigo. Alguien que me respetaba, después de todo lo que había visto, merecía ese apelativo. Seguimos hablando un buen rato. Me dijo muchas cosas, que era guapa, que tenía un bonito cuerpo, que no se le quitaba de la cabeza lo que había visto. Me dijo que tenía que tener una vena morbosa para hacer todo eso. Me lo decía con una sonrisa, sin censura. Y yo asentía. Me dijo que había notado algo el viernes. Que a pesar del disgusto de verme descubierta él notó algo más. Yo me quedé callada, no sabía a qué se refería. Así que él me dijo que solo era una intuición, pero que creía haber visto en mí cierto agrado en mostrarme. Yo perdí la sonrisa de golpe. Solté un "¿Cómo?" o algo así. 
Mi jefe me dijo que me tranquilizara. Que no quería decir nada con eso, pero que hiciera un poco de análisis interior y que me sincerara conmigo misma y con él, si quería. Era lo menos que podía pedir. Me situé de nuevo en el viernes. Y la verdad es que tenía razón. Creo que fui consciente por primera vez en aquel momento. No al principio, pero el hecho de estar desnuda frente a mi jefe, el hecho de que me sintiera indefensa, a su merced me había estimulado. Asentí. Mi jefe me dijo que era normal. Que no me asustara. Que el morbo forma parte de la sexualidad y es algo sano. Entonces se levantó. Me dijo que no me obligaba a nada. Me pidió que pensara con libertad absoluta, sin prejuicios, sin falsa moral. Puso una mano en mi muslo, lo que me hizo dar un respingo. A pesar de eso, él la subió lentamente. Yo llevaba una faldita de cuadros por encima de la rodilla. Su mano se deslizo bajo ella. Entonces me dijo que, desde ese punto de vista de libertad absoluta, solo si realmente lo deseaba, apartara su mano.
No lo hice. Ni cuando su mano empezó a frotar mis bragas, ni cuando las apartó, ni cuando sus dedos empezaron a moverse entre mis labios vaginales, ni cuando empezaron a jugar en la entrada. Al contrario, yo noté que me humedecía. No, que me mojaba. Sin apartar su mano me dijo que sabía que yo tenía un componente morboso que tenía que alimentar para sentirme viva, que si le dejaba, él podía mostrarme muchas puertas para dar de comer ese sentimiento. Me quedé paralizada, porque me estaba percatando por primera vez que esas palabras guardaban un mundo nuevo que, para mi sorpresa, quería conocer. Tenía mucho miedo pero era diferente al que había sentido al entrar en ese despacho. Le dejé hacer hasta que escaparon los suspiros inevitables. Delante del director tuve un orgasmo que me dobló. Él sonrió y apartó la mano. Me acarició la mejilla y no dijo nada más. Entendí que podía salir del despacho y fui directamente al baño, donde me encerré y me senté en la taza. ¿Me había vuelto loca?

17 comentarios:

  1. Para no crear confusiones yo soy quien te escribio el primer comentario de forma totalmente anonima (25 noviembre 09:28) y para dejar conformidad de ello pues te escribo de forma no anonima porque no me quiero mezclar ni tengo nada que ver con lo que otra persona te escribio ;)

    Por las cosas que escribes en tu vida solo digo que tienes mucho valor en hacerlo, tengo muchas preguntas en mente, no, ninguna erotico-sexual. Eso corresponde a tu intimidad, y no... tampoco tiene que ver con tu vida intima, solo a... ¿no tienes miedo que otra persona leyendo se de cuenta de que tú eres tu quien escribe? Espero que todas las cosas te esten llendo como tu te mereces.

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  2. Algo que me sorprendió de España y su gente es el gran parecido que hay con nosotros los mexicanos. No sé de dónde venga ese falso moralismo e hipocresía asexual que desde chicos nos intentan inculcar, tal vez de las costumbres o la religión; a mi me enseñaron desde niño, en la familia y en la escuela, que todo lo relacionado con el sexo era malo, incluso simplemente preguntar; pero eso no logró apagar la chispita de curiosidad que sentía. Recuerdo que desde muy chico sentía ese "morbo" (o curiosidad) por mi sexualidad, pero no había nadie que me enserñara. Nadie sabe de esto, y poniéndome el abrigo de anonimidad que me has asegurado, es muy confortable, me atrevo a contarte un poco.
    Soy tímido, mucho y eso afectó en cierta manera que no pudiera recibir una buena educación sexual. Aunque ahora se me ha quitado mucho esa timidez, a veces sale a la superficie. Es raro, pues mucha gente que me conoce me tiene en el concepto de alguien muy seguro y hasta coqueto... cuando por dentro estoy temblando como hoja. Pero no vine a discutir mi incipiente timidez, sino lo que escribiste.
    En verdad me sorprende el que hayas elegido el blog para enfrentar este gran obstáculo que todos tenemos: nosotros mismos. Yo no lo he hecho, o apenas estoy comenzando... Es tanto lo que hay que contar, que conocer, aprender y vivir, que mejor poco a poco seguiré abriendo mis recuerdos para ti, aunque no te conozca.
    Simplemente sigue escribiendo, es bueno saber que uno no esta solo en este barco a la deriva.

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  3. Hola anónimo:
    Puedes preguntar lo que quieras. No hay preguntas improcedentes, solo lo son las respuestas. Yo te diré si estoy dispuesto a responder o no.
    En cuanto a que tenga miedo de que se me reconozca, me lo pensé mucho al principio. Tengo mucho cuidado de no decir nada más que mi nombre. No he dicho en que ciudad ocurrió esto, ni de qué empresa se trata. Son muchas las empresas que acuerdan con la uni para permitir becas a los estudiantes. En cuanto a mi jefe, es imposible que llegue hasta este blog. Sólo él podría verse reflejado pero es un negado para la informática. Además, aunque se lo encontrase, callaría como un muerto. Es uno de los pocos beneficios de la mojigatería de la que habla en el comentario siguiente al tuyo "rete". Bueno, es posible que en los próximos capítulos alguien más se reconozca, pero tampoco importa porque con esos otros mi relacíón ha sido puntual. Y pregunta lo que quieras, estoy encantada de recibir comentarios porque así sé que me leéis. Muchas gracias.

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  4. Hola rete:

    Estoy de acuerdo en que hemos recibido una educación que nos cortaba las alas. Sin embargo, creo que hay que ver siempre la buena cara de las cosas. Imagínate ahora un mundo en que no hubiera ninguna traba sexual. Creo que eso también sería aburrido. He oído muchas veces que el sexo está en el cerebro, y es verdad. Si yo no tuviera esos prejuicios en mi cabeza, fruto de una educación reprimida de la infancia (imagínate como es la educación de las chicas si me dices que la tuya ya lo fue), no habría disfrutado tanto al sentirme observada por mi jefe. No quiero adelantarme a lo que contaré en próximos episodios, pero el juego con esa represión me ha dado muchos buenos momentos. Te aseguro que no vale decir que mi vida habría sido de otra manera si esta sociedad hubiera sido de otra forma. Hay que aprovechar lo que nos brinda nuestra cultura para intentar ser felices. Si no conseguirlo, que es imposible la mayoría de las veces, al menos intentarlo.
    Sigue leyendo, por favor, y escribe cuanto quieras en mis comentarios, aunque sería fantástico que te lanzaras a escribir tu propio blog. Ya tendrías una lectora asegurada.
    Muchas gracias

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  5. Son tantas cosas las que se me ocurren después de tu comentario, que tal vez sean suficientes para comenzar mi propio blog :)
    De hecho, lo voy a hacer, al terminar de escribir este comentario.
    En fin. Estoy de acuerdo en que es bueno vivir con reglas y lineamientos que controlen nuestra conducta. La verdad recibí demasiado poca educación sexual; una de mis primeras fuentes fue una "enciclopedia de la sexualidad" que mis padres tenían "escondida" y que yo sacaba de su lugar para hojear sus páginas meido bajo las cobijas de la cama. Nunca me descubrieron, y si lo hubieran hecho, hubiera recibido una gran reprimienda. Afortunadamente, como crecí en un pueblo al que no llegaba la señal de TV, desde muy chico me fomenté el hábito de la lectura y literalmente, de los 7 u 8 años hasta los 17 que dejé mi casa, esa enciclopedia fue la única fuente confiable de información sexual.
    Esto se está alargando y tu sugerencia me gusta: mejor voy a contarte esto en el blog que pienso comenzar ahora mismo y se va a llamar... la hora del oerkero (http://oerkero.blogspot.com/)
    Solo espero no hayas abierto la caja de pandora :)

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  6. Por cierto, oerker y retecarlos soy yo. La cuenta de oerkero la cree nueva para conservar este pequeño resquicio de anonimidad que me has invitado a explorar.

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  7. Valla me parece muy llamativa su historia pero lo de su jefe claramente se aprobecho

    Saludos y siga escribiendo y no es necesario lo de las fotos ni nada.Yo sí entendí la idea del blog

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  8. Bueno, gracias a todos.
    Oerker, ánimo, me encantará leerte.
    Carlos, yo creo que mi jefe, si hubiera querido, se habría aprovechado mucho más. Creo que siempre me dejó libertad para decir no. Si se aprovecho, fue con mi consentimiento. Yo creo que recibí mucho a cambio.

    Se me ha ocurrido que me encanta que me lean, cuanta más gente mejor. Ya es un regalo que me dejéis vuestros comentarios, que para mí significa que alguien está ahí y por tanto este blog tiene sentido. Os agradecería que además, si de verdad os está gustando, déis a conocer el blog en los foros que visitéis. Sería muy bueno para mi. Seguramente repetiré esta petición en mi próximo escrito. Muchas gracias.

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  9. Hola martika,

    Espero no te hayas olvidado de tu ya nutrido grupo de lectores; no sé los demás, pero al menos yo estoy ansioso y curioso por conocer el resto de esta historia y de las que faltan por contar...

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  10. Hola, me llamo Carolina, aun ignoro todo sobre los blogs, pero como me hiciste tu lectora, me he dado cuenta de que aqui puedo contar de manera anónima mis recuerdos, mis secretos, mis intimidades, etc. Gracias, un beso.

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  11. Lo siento, Oerker. No doy de mí o de sí o como se diga. Apenas tengo tiempo, pero espero poder actualizar el blog pronto. Gracias por seguir ahí.

    Carolina, te animo a escribir. Es toda una aventura y una liberación. Gracias.

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  12. Hola Marta! Y compañia.
    Buscando otras cosas por internet encontre un test, bueno varios... pero uno me llamo la atencio a mediodia y dije... pues ya que la cosa va de erotismo... unas preguntas a rienda suelta de quien las quiera contestar. Reconozco que es un toston!! 100 preguntas es la ostia leerlas, para cuanto mas... contestarlas, pero lo comico es que no encontre ninguna de chicas para chicos asi que... animate, o quien quiera recoger la idea y publique la preguntas morbosas que desearia que un chico respondiera. Bss atentamente anonimoperosiempreyo

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  13. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  14. Lo siento, anonimo, pero creo que este no es el lugar para colocar ese tema. Si quieres, puedes poner un enlace a tu blog (o crearlo si no lo tienes), y que la gente te responda. Espero no haberte molestado, pero no creo que este sea el objetivo de mi blog. No obstante, gracias por leerme.

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  15. Hace ya meses que solo me dedico a escribir en foros, los blogs aunque parecen un nuevo invento nunca tienen alcance mayor a un foro. Mil perdones!

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  16. Querrias hablar via msn, para contarnos nuestras experiencias??

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  17. se frego el tema parce......

    has oidos sordo de aquellos que no entienden la idea y espero leer pronto ojal publiques pronto algo

    saludos Carlos

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Hola. Deja tu comentario, me encantará leerlo, pero sé amable, por favor.

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